Breve
Biografía
La Madre Teresa es albanesa de
nacimiento y su nombre original es Agnes Gonxha Bojaxhiu.
En el año 1948 la Madre Teresa adquirió la ciudadanía
hindú. A los 18 años de edad, la Madre Teresa
ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora
de Loreto en Irlanda. Recibió su formación religiosa
en Dublín, Irlanda y en Dardjiling, India.
En el año 1931, la Madre Teresa tomó el nombre
de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse
Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de
Santa Thérèse de Lisieux.
En el año 1937 la Madre Teresa tomó los votos
religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio
Santa María en Calcuta, India y en el año 1946,
precisamente el 10 de septiembre, recibió otro llamado
de Dios, el servicio hacia los más pobres.
En el año 1948, el Papa Pio XII le concedió a
la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja
independiente y empezó a compartir su vida en las calles
de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos
. La Madre Teresa fundó una congregación llamada
las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar
a leer a los niños pobres de la calle.
En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar
a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el
Papa Pablo VI colocó a la congregación de las
Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó
a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países.
Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender
leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y
se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños
abandonados
Sin duda es un ejemplo de generosidad, humildad. Todo esto es
posible porque ha sido una mujer de mucha oración y sacrificio.
Fue beatificada por su Santidad Juan Pablo II, el 19 de octubre
de 2003 en la Plaza de San Pedro.
TERESA
DE CALCUTA
por Helena Ospina de Fonseca Catedrática,
Facultad de Letras, U.C.R.
En la retina del alma quedan imágenes grabadas imborrables
como las del paso de la tierra al cielo de la Madre Teresa
de Calcuta. Los santos son incómodos. Interpelan, desde
lo más profundo, todas las posibilidades del ser. Las
crisis mundiales son crisis de santos. A grandes males, grandes
remedios. Si no, ¿cómo explicaríamos
la presencia de un Josemaría Escrivá de Balaguer,
de una Teresa de Calcuta y de un Juan Pablo II, en medio de
un siglo que ha vuelto las espaldas a Dios? Cada uno de ellos
ha recibido un carisma especial. Escrivá de Balaguer
enseña a los laicos que pueden convertir la prosa diaria
de su trabajo profesional, en endecasílabos divinos.
La Madre Teresa, encarnando las bienaventuranzas del Evangelio,
desmiente la eficacia de los programas mundiales para resolver
la pobreza del mundo. Y Juan Pablo II nos muestra cómo
la verdadera fidelidad a Cristo se encuentra en la firme adhesión
a la Cátedra de Pedro.
La Madre Teresa, con su figura doblada, gastada por los años,
custodió en su corazón, el amor de Dios que
repartió infatigablemente entre los más desposeídos.
Su presencia irradió, con fuerza, todo un programa
de vida para el hombre del siglo XXI.
- Cuando el mundo ya está hastiado de la esclavitud
del materialismo, la pobreza de la Madre Teresa surge como
auténtica libertad.
- Cuando la soberbia humana alcanza los límites de
la incongruencia de un cristianismo marxista, la Madre Teresa
responde con la sencillez diáfana del Evangelio.
- Cuando la tecnología proclama la era de la emancipación
del hombre frente a Dios, la Madre Teresa mendiga, diariamente,
las horas de adoración frente al Creador de todo lo
creado.
- Cuando los pseudo-intelectuales agotan el mensaje de Cristo,
en teologías estériles de liberación,
la obra de la Madre Teresa brilla por su humildad como auténtica
praxis.
- Cuando el activismo de una mentalidad a lo "Marta"
pretende solucionar el dolor humano, la Madre Teresa encarna
la síntesis perfecta - de "Marta" y de "María"
-, con su incansable acción surgida de una profunda
contemplación.
- Cuando el egoísmo de las madres, arroja en el basurero
del corazón, el aborto de su conciencia y de su capacidad
de amar, la generosidad de la Madre Teresa reclama el derecho
de rescatar la imagen de Dios en el ser más indefenso
de todos.
- Cuando los sabios del mundo no saben donde descifrar las
respuestas a los males del siglo, la Madre Teresa les muestra
el amor de Cristo, y les hace comprender cuán estériles
son las soluciones que se erigen al margen de Dios.
- Cuando el Estado se encuentra impotente para volver a tejer
la urdimbre social de sus células, la Madre Teresa
les recuerda la tarea urgente de revitalizar la familia, no
permitiendo las leyes que la debiliten y lleven al fracaso.
- Cuando el ingenio del hombre agota las colmenas de su orgullo,
vaticinando paraísos en la tierra, que han dejado el
corazón del hombre más desolado que nunca, la
ternura del amor de Dios, en la Madre Teresa, aparece como
suave bálsamo.
- Cuando el enriquecimiento ilícito de personas y gobiernos
llega al paroxismo de la opulencia descarada, el desasimiento
material de la Madre Teresa roba a la avaricia su victoria.
- Cuando la vanagloria del mundo y la verborrea política
de programas, que no se cumplen, aturden la esperanza del
pobre, el laconismo y silencio eficiente de la Madre Teresa
consituyen la obra más elocuente.
- Cuando la tentación del sensacionalismo desvirtúa
la búsqueda de la verdad en los medios de comunicación,
la Madre Teresa rescata la nobleza de su oficio: "Escriban
siempre algo bello para Dios, de manera que a través
de sus palabras, los corazones de las gentes se eleven hacia
Dios, y se amen unos a otros, como Dios ama a cada uno de
ellos".
- Cuando el odio, la violencia y el terrorismo azotan la faz
de la tierra, la Madre Teresa conquista, con la oración,
el Nóbel de la paz: "Introducid la oración
y habrá paz, porque el fruto de la oración es
la profundización en la fe, y el fruto de la fe es
el amor".
- Cuando los detractores de una falsa igualdad para la mujer
reclaman para ella el derecho al sacerdocio, la Madre Teresa
hace el elogio del serviam de la doncella de Nazaret: "Ningún
sacerdote será jamás mejor que la Virgen; pero
Ella sólo quiso ser la esclava del Señor".
Ante este programa de vida que nos traza la Madre Teresa,
no puede uno quedarse indiferente. Cada quien, desde su sitio,
se siente llamado a responder, para que la unidad de vida
en el cristiano sea una realidad: que su vida sea coherente,
congruente, consecuente, con sus principios. La aparente fragilidad
de la Madre Teresa estuvo hecha de una férrea voluntad
de amor a Dios, para llevar a todos los hombres - sin distinción
de raza y credo - a ese amor de Dios. Ante la Madre Teresa
se experimenta la plenitud del ser, a la cual todos estamos
invitados. ¡Y qué bien comprendemos, cómo
la única verdadera tristeza que existe para el hombre,
es la de no acceder a esa plenitud: la de no querer ser santos!.
La Madre Teresa: Una
gota de amor
La historia de la mujer que fue una gota de amor y entrega en
un océano de sufrimiento.
Por Sheila Morataya-Fleishman
Su nombre originalmente fue Agnes Bojaxhiu, Estoy segura de
que si no sabes nada de la vida de esta gran mujer, después
de leer este corto artículo querrás saber más
sobre ella. Pero ¿quién era esta mujer? Y ¿qué
fue lo que hizo para iluminar el mundo? Fue en el año
1937 cuando Agnes hizo su profesión ante Jesús
y tomó el nombre de Teresa. La hermana Teresa al pasar
de los años sería conocida como la Madre Teresa
de Calcuta y la fundadora de Las Misioneras de la Caridad, cuya
misión es ayudar a los más pobres de los pobres
en el mundo.
La Segunda llamada
Un día del año 1946 y mientras viajaba en un tren
rumbo a Darjeeling, la Madre Teresa, en un momento de oración
llegó a la siguiente conclusión: " estoy
consciente de que mi llamado es en este lugar del mundo y tengo
que dejar el convento(Loreto) para consagrar mi vida al servicio
de los más pobres viviendo entre ellos".
Al ser enviada a Calcuta para enseñar geografía
a las niñas de la clase acomodada la Madre Teresa se
encontró ante una devastadora realidad, los barrios bajos
de Calcuta estaban llenos de niños que eran tirados a
la basura, leprosos y desamparados. Abandonar Loreto para ir
en alivio de otra realidad fue el sacrificio más grande,
aún más que dejar a su propia familia para seguir
su propia vocación. " Pero tuve que hacerlo. Era
una llamada. "Sabía a donde tenía que ir
pero no como llegar ahí". Nos muestra esta gran
mujer que la oración es el arma más poderosa que
existe para descubrir y encontrar la llamada, la misión
personal que cada uno tiene en el mundo.
La Madre Teresa tenía su agenda tan apretada como la
de cualquier mujer ejecutiva en alto rango, sin embargo, antes
de iniciar sus labores se pasaba horas interiorizando aquello
que Dios le pedía. Su fuerza, su vigor, su pasión
por los pobres llegó a ser tanta que empezó a
ser llamada la Santa de los Pobres.
Cuando algo es de Dios.
Muy poco tiempo después de dejar Loreto, alguna de sus
estudiantes ahí le ofrecieron "seguirla". ¿Qué
debe de haber en otra mujer para que otras quieran seguirla?
Sinceramente pienso, que es su capacidad para transformar vidas
y esto, la Madre Teresa ya lo estaba haciendo entre los pobres
que nadie quería. ¿Quién de nosotras es
capaz de inclinarse ante un ser humano lleno de suciedad y mal
olor para acariciarle la mano? ¿Tú te atreverías
a caer de rodillas pasar al lado de un anciano cuyas heridas
saturadas de gusanos te piden auxilio? ¿Serías
capaz de limpiar y besar sus heridas y sobre todo "descubrirle"
que es tan digno como tú? No lo sé. Pero lo que
se es que Teresa de Calcuta si lo hizo. Y así con este
pequeño grupo de seguidoras y sin pensarlo tanto fundo
la orden "Misioneras de la Caridad"- o en otras palabras
"mensajeras del amor de Dios por los desamparados, aquellos
a los que la sociedad "no mira".
La importancia de las metas
La Madre Teresa estaba muy clara en cuanto a sus metas: amar
y servir a los pobres mirando a Jesús en ellos. Orar
intensamente para encontrar las fuerzas para servir con amor
verdadero. Hacer un trabajo intenso pero Escondido siempre de
cara a Dios y para Gloria de Dios. Amar y servir, orar; trabajar
para hacerse santo, ¡cuánto nos puede enseñar
esta gran mujer de Dios! Una de las tantas historias que tengo
para contarte sobre ella es la siguiente: Un día mientras
Madre Teresa caminaba alcanzó a ver una mujer agonizando
al lado de una cuneta. Inmediatamente quiso aliviar el sufrimiento
de esta mujer ofreciéndole una cama - para poder morir
con dignidad- la llevó con ella. Este acto de misericordia
de la Madre Teresa la llevo a abrir la Casa para los moribundos(Home
for the Dying) in Agosto de 1952, llamada Nirmal Hriday (Casa
del Purísimo Corazón). Sirviendo y amando así
a los pobres de los más pobres, Dios mismo le abría
los caminos y hacia que sucediera todo aquello que estaba dentro
de sus metas humanas. Dominique Lapierre testigo de este acto,
le expresará a la Madre Teresa más tarde: "esto
que usted ha hecho, yo no lo hubiera hecho ni por todo el oro
de este mundo- ni yo tampoco- fue su respuesta". Y tu amiga,
¿tienes metas para Dios? ¿Cómo amas y sirves
a los pobres de tu país? ¿Cuándo te ofreces
a cocinar para ellos? ¿Los tienes presentes en las navidades?
¿Has experimentado lo que se siente abrazar y limpiar
a un pobre que nadie quiere? Si no lo has hecho, te invito a
que seas valiente y lo hagas.
Y los premios del mundo llegaron.
Es increíble lo que esta pequeña mujer con su
diminuta estatura física llegó a lograr con el
poder de la humildad que la caracterizaba. Ella se auto nombraba
"un lápiz de Dios". A veces -solía decir-
la gente tiene hambre más que de pan. Es posible que
tus hijos, tu esposo, tus amigos, no tengan hambre de pan, que
no necesiten ropa, o tengan necesidad de una casa. Pero hay
un tipo de hambre más fuerte que aquella otra, el hambre
de sentirse abandonado, rechazado, necesitado de amor. Eso también
es vivir en la pobreza. Fueron reflexiones y actos tan profundos
como este los que la llevaron a hacerse acreedora de premios
como el Premio Padmashree (Loto Magnífico) en Septiembre
de 1962 por su trabajo entre los pobres. En 1971 el Papa Paulo
VI la honró con el primer Premio Juan XXIII de la Paz.
Al año siguiente, el gobierno de la India le entregó
el Premio Jawaharlal Nehru de la Comprensión Internacional.
En 1979 recibió su más grande lauro: el Premio
Nobel de la Paz. La Madre Teresa aceptó todos estos premios
en nombre de los pobres, usando cualquier dinero recibido para
fundar sus centros. Para 1990, más de 3000 monjas pertenecían
a las Misioneras de la Caridad, ocupándose de centros
en 25 países.
Dios y ella hicieron un trato
En una entrevista publicada en 1996 por la revista brasileña
Sin Fronteras, le hicieron una pregunta muy interesante a la
Madre Teresa, "¿No se cansa de que le tomen tantas
fotografías?" A lo que respondió: "Considero
eso un sacrificio y también una bendición."Dios
y yo hicimos un trato: por cada foto que me toman, él
libera un alma del purgatorio... Yo creo que, a este ritmo,
en breve el purgatorio va a quedar vacío.Viajar por el
mundo rodeada de tanta publicidad es cansado y duro. Pero yo
utilizo todo lo que se me presenta para la gloria de Dios y
el servicio a los más pobres. Es preciso que alguien
pague ese precio. Este ejemplo de entrega de mujer consagrada
a Dios nos puede servir a ti y a mí amiga para considerar
seriamente ofrecer todo aquello que nos disgusta o molesta por
amor a Dios. No es mala idea considerar también todo
lo que podemos hacer los que estamos en el mundo por las benditas
almas del purgatorio.
"El día que el mundo se quedó sin una gran
mujer.
"No puedo respirar", dijo Teresa de Calcuta, poco
antes de morir, al doctor que acudió a atenderla, pero
no pudo salvar su vida. Era el viernes 5 de septiembre de 1997.
Apenas unos días antes, había cumplido 87 años.
Su muerte generó una cadena de reacciones de dolor. Estadistas
y líderes políticos y religiosos coincidieron
en destacar que el mundo se quedaba huérfano con la desaparición
de la máxima abogada de los pobres, a quien no muchos
dudan en calificar de "santa".
Uno de los más expresivos fue el presidente francés,
Jacques Chirac: "esta noche en el mundo hay menos amor,
menos compasión y menos luz", La Madre Teresa de
Calcuta tenía la costumbre de decir que la obra de su
vida tan solo era "una gota de entrega en un océano
de sufrimiento". Pero, agregaba luego, "si esa gota
no existiera, la mar la echaría de menos". Ahora
el mundo sabe cuánta razón había en sus
palabras.
Día de la Inspiración
Cada 10 de septiembre, las Misioneras de la Caridad celebran
el llamado "Día de la Inspiración".
Un día como ese, hace 53 años, la Madre Teresa
recibió "la llamada de la llamada" y decidió
dedicarse a los abandonados y moribundos de los suburbios de
Calcuta. Tú si quieres, puedes elegir un día de
la inspiración dentro de tu semana para hacer algo diferente
y único por el mundo. Tu día de la inspiración
puede consistir en: amar específicamente a un pobre;
Reconciliarte con una amiga; ordenar con tus propias manos tu
casa; no discutir por ese día con tu esposo; alimentar
al pobre espiritualmente con tus actos. Cada vida, y cada vida
familia, debe ser vividas honestamente. La vida es una oportunidad,
solía decir la Madre Teresa "aprovéchala";
la vida es Vida, defiéndela. Si queremos imitar a Jesús
decía, no hay amor sin sufrimiento... el verdadero amor
hace sufrir. Cada vida, y cada vida familiar, deben ser vividas
honestamente. Eso supone muchos sacrificios y mucho amor. Pero,
al mismo tiempo, esos sufrimientos van siempre acompañados
de mucha paz. Que la Madre Teresa, mujer de nuestro tiempo te
ayude a redescubrir la grandeza del amor que reside en ti y
posees para dar al mundo.
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