Ante
la historia, ante nuestros grandes muertos, alteró la paz
de su descanso eterno, haciéndolos acompañar por
su verdugo, el traidor General Pedro Santana. Haciendo trasladar
sus retos al panteón nacional. Justo donde descansan sus
victimas, ignorando hombres como el Capitán Benigno del
Castillo, que al ser atrapado junto con el patricio Francisco
del Rosario Sánchez en la lucha contra la anexión
a España - pactada por el presidente Pedro Santana en 1861
y ser condenado a muerte por las comisiones militares del gobierno
de Santana - entonces su abogado, aprovechando el color de su
piel, intenta salvarle la vida haciéndolo pasar como ciudadano
haitiano, el Capitan Benigno del Castillo lo detuvo en el acto
con estas palabras;
¡ Un momento señor, que yo nunca e traicionado a
mi patria, y si es de deberle la vida a este consejo de guerra
como ciudadano haitiano, prefiero una muerta honrosa como Dominicano!
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