Leyenda
e historia
envuelven la fundación de
Santo Domingo.
Se cree que Miguel Díaz, escapó de la zona Norte porque había herido gravemente a un compañero. Llegó al sur, a la desembocadura del río Ozama, donde reinaba la Cacique Catalina; quien por temor a perder su amor, le revela la ubicación de las ricas minas de oro del río Haina; con este descubrimiento Miguel retorna a La Isabela, seguro del perdón a cambio de la información.
Sorprendido de encontrar vivo, a quien pensaba muerto, obtiene
el perdón de Bartolomé Colón, hermano del
Gran Almirante, y la autorización para fundar, el día
5 agosto 1498, una nueva ciudad en la costa sudeste de la
isla, al margen oriental del río Ozama.
La ciudad originariamente llamada “La Nueva Isabela, Santo
Domingo del Puerto de la Isla de la Española”.
El nombre, Santo Domingo es un misterio, se cree, fue en honor
a Domingo (padre de Colón); otros sostienen que Bartolomé,
indeciso sobre el nombre, vió en el calendario que el 8
de agosto era dedicado a Santo Domingo de Guzmán, y así
la llamó.
La ciudad se pobló rápidamente, sin engrandecerse
mucho. En el 1498 era considerada Capital de la isla.
El 30 de agosto de 1498, Cristóbal Colón, por primera
vez, puso pié en ésta.
En julio del 1502, la ciudad compuesta por 45 casas en madera,
fue destruída por un huracán, y fundada por Ovando en la margen opuesta del río, lugar que actualmente ocupa.
Esta ciudad sirve como modelo de estructura urbanística
para las nuevas ciudades del Continente.
Donde ahora está ubicada la iglesia de Santa Bárbara,
los indígenas Taínos trabajaban hasta la muerte,
en la mina de piedra; cada día recibían un volumen
a excavar, y quien no lo lograba, en la noche era ahorcado. Cada
noche le tocaba a alguien.
La reconstrucción de la ciudad procedió con rapidez.
En el 1503 el nuevo Santo Domingo, pudo ser inaugurado, gracias
a nuevas normas urbanísticas, con calles rectas y de fácil
tránsito.
El desarrollo de la ciudad fue rápido, debido al hecho
de que era un punto de referencia estratégico para las
expediciones de conquistas.
El
llano urbanístico inicial no incluía una cinta amurallada,
sólo fuertes perimetrales.
La obra militar de mayor emvergadura fue La Fortaleza Ozama,
estupenda y todavía existente.
Santo Domingo, para el 1520, proyectándose cada vez más
rica, comenzó a situarse en la mira de los piratas. Por
tal motivo, en el 1533 se iniciaron a construir las murallas.
A partir de la mitad del siglo las naves comenzaron a evitar el
puerto de Santo Domingo, atracando directamente a los nuevos puertos
de México y de Perú: nuevas promesas de riquezas.
En el 1555 el primer inglés en visitar la isla fue Robert
Thompson con una breve estadía de 16 días de
pasajes por el México. Reporta que en la ciudad habitaban
más de 500 hogares españoles, y que los indios que
residían en los suburbios eran más. Que existían
grandes cantidades de carne de vaca, ovejas, puerco, gallos y
gallinas. Sigue mencionando la existencia de mosquitos con largo
pico y gusanos que infectan dolorosamente los pies. Escribe también
de una moneda (dinero negro), hecha de cobre y latón,
para evitar la falta de circulación de los bienes, debido
a los negocios de oro y plata.
Treinta y un años después, otro inglés visitó
el país, el corsario Sir Francis Drake en el 1586,
quien destruyó la ciudad. Fue tan traumático, que
algunas familias iniciaron las emigraciones.
Pasaron
tres siglos sin que Santo Domingo pudiera recuperar su progreso:
en el año 1600, 25 mil habitantes, en el 1920 contaba sólo
con 31 mil y en el año 1935 tenía 71 mil.
El 8 de enero del 1936 el dictador Trujillo, subido
al poder seis años antes, en un acto de megalomanía
cambió el nombre a la ciudad, llamándola
en su honor “ Ciudad Trujillo ”. El 29 de nov.
1961 caído el dictador, se le resigna el nombre originario.
En realidad hasta el 1950 la Capital estaba circunscrita a la
Zona Colonial y los habitantes eran 181 mil. Luego comenzó
la explosión urbanística y la expansión de
la zona moderna.
Un proceso inicialmente lento, luego, siempre más tumultuoso:
370 mil hab. en el 1960; 676 mil en el 1970; 1,500,000 en el 1981;
casi dos millones y medio en el 1994; cerca de tres millones en
el 1996.
Un tercio de la población de la República Dominicana,
vive actualmente en la capital. Se puede imaginar, por tanto,
los problemas conexos al crecimiento de la ciudad, en los últimos
15/20 años.
La ciudad ha sido condecorada por la
ONU con el título de “Cuna de América”.
|
Orígenes
del Ayuntamiento
|
|
El
primer ayuntamiento en el país fue en La Isabela,
provincia de Puerto Plata el 24 de abril de
1494 (fecha establecida como Día del Ayuntamiento).
En
1498, con el traslado del gobierno a la nueva ciudad de
Santo Domingo, comienza a tener mayor vigencia el ayuntamiento.
Durante el gobierno de Nicolás de Ovando y poco
antes de la llegada de Diego Colón (1509), hijo
del Almirante, la ciudad de Santo Domingo y otras villas
fueron reconocidas como entidades municipales con derecho
a la aprobación de sus ayuntamientos y capacidad
para elegir a sus regidores.
A partir de 1935, se constituye el Distrito de Santo Domingo,
el ayuntamiento pasa a ser controlado por el Poder Ejecutivo,
y se designa un consejo administrativo donde el Alcalde
era designado por Trujillo.
La
antigua provincia de Santo Domingo se reduce; de ahí
sale la provincia Trujillo Valdez, hoy Peravia; la provincia
Trujillo con sede en San Cristóbal y la provincia
Monseñor Meriño, parte hoy día de
la provincia de Monteplata.
|
|