En la época de la llegada de Cristóbal Colón más del 80% de la isla estaba cubierta de bosques. Con los instrumentos mecánicos de cortar, se inició la tala de gran extensión de terreno para construír: Barcos, casas, muebles y otros utensilios necesarios para la vida humana.
La tala de los bosques continuó hasta tiempos recientes tanto para exportar madera preciosa, como para el consumo energético; incluso se produjeron incendios delictuosos, en cantidad tal, que hoy ha sido grandemente reducido el magnífico pulmón verde de la Isla.
Todas las iniciativas de las autoridades encargadas de la conservación de este patrimonio natural común parecen dar resultados insuficientes.
Ha llegado el momento de que todos iniciemos un proceso de reflexión, y asumamos consciencia del papel que nos corresponde para hacer más perdurable y saludable nuestra vida, la de nuestros hijos, y la de la comunidad mundial. |