AFECTA:
LAS AGUAS CORRIENTES
Sin
agua no es posible concebir la vida y, específicamente,
la vida humana. La depredación del bosque pone en peligro
la existencia del agua necesaria para la población. Se
calcula que las cuencas hidrográficas que se encuentran
en una situación crítica, abarcan un área
de alrededor 600,000 mil hectáreas que demandan urgente
reforestación.
En un trabajo realizado por la Dirección Nacional de
Parques con el título: “Se acaban nuestros ríos”
se lee lo siguiente: “El río Inoa en 1942 medía
40 metros de ancho cerca de San José de las Matas y para
cruzarlo había que nadar. En él se ahogaban bañistas,
y por el cauce remolcaban troncos a los aserraderos y el agua
movía una hidroeléctrica que daba luz a San José
de las Matas. La hidroeléctrica hoy ya no funciona porque
no hay agua suficiente para hacerlo, pues el río se ha
reducido a un hilo de agua cuyo ancho es de tres metros. Al
desaparecer los árboles se acabó el Inoa como
río”. Como el río Inoa, según
un inventario que tomó personalmente el Dr. Héctor
Pérez Reyes, en el país han desaparecido 28 ríos
importantes, 638 arroyos principales y más de 12,000
escorrentías y manantiales.
Los bosques son verdaderos almacenes de agua. Cuando la lluvia
cae, la absorben como una esponja y no dejan que se pierda por
escorrentía.
El agua almacenada por el bosque, constituye los grandes reservorios
naturales que le dan agua a los ríos, cañadas
y arroyos para que éstos no se sequen. Tiene una función
importante de sumidero.
EL CLIMA Y LA SANIDAD AMBIENTAL
La
deforestación influye negativamente en el clima ya que
la temperatura puede variar en relación con la gradación,
habiendo la posibilidad de que se eleve durante el día
por la falta de sombra, y en el período nocturno la tierra
pierda fácilmente temperatura, adoptando condiciones
semejantes al fenómeno que se da en los desiertos.
Los bosques operan como un filtro purificador del aire porque
las plantas en sus actividades biológicas de respiración
y trans- piración liberan oxígeno, gas indispensable
para el ser humano y los animales.
La atmósfera está compuesta por capas que se diferencian
unas de otras por sus niveles de energía. En las capas
inferiores de la troposfera (los primeros 6 kilómetros
verticales), los niveles energéticos son influenciados
grandemente por las plantas, mediante la actividad fotosintética
de las masas forestales.
Es importante destacar en lo que concierne al papel trascendente
de la foresta, que la República Dominicana y, específicamente
sus cordilleras principales, al estar orientadas casi paralelamente
en dirección este-oeste, hacen barreras naturales al
paso de los vientos alisios que forman los anticiclones del
Trópico de Cáncer, del cual distamos apenas tres
grados que son los responsables del régimen pluviométrico
del país.
REDUCE Y DEGRADA LOS SUELOS
El
deterioro de los suelos en las cuencas altas tiene como factor
secundario la agricultura precaria de corte-quema-abandono que
practican campesinos sin tierra por razones de sobrevivencia.
Estos factores dejan el suelo de ladera expuesto al efecto erosionador
de las lluvias hasta aflorar en muchos lugares, el material
parental.
Se estima que el 86% de la superficie de las cuencas hidrográficas
del país presentan problemas graves de degradación.
Gran parte de la cantidad de sedimentos originados en el proceso
de erosión se deposita en los sistemas de regulación
y distribución (embalse y canales), con los efectos de
reducir significativamente la vida útil de las presas
y de encarecer notablemente los costos de mantenimiento de los
sistemas de riego.
De continuar este infernal deterioro de los suelos que es la
erosión, seguirá alterándose de manera
progresiva la escorrentía de los ríos, lo que,
a su vez, incidirá negativamente en la capacidad de producción
de energía y en la disponibilidad de agua para regadío
y para el consumo humano e industrial. Además, afecta
a nuestras playas y de seguirse agravando representaría
serio peligro para la industria turística.
ATENTA CONTRA EL AUGE DEL TURISMO
Estudios
técnicos realizados hasta el año 1991 en la extensión
de 1,576 kilómetros de costas de la República
Dominicana, se inventariaron 89 playas con posibilidades turísticas.
Pero el turismo no sólo se fomenta a través de
las playas.
Al turismo, tanto nacional como extranjero, debemos ofrecerle,
además, el bosque como recreación y paisaje. Una
concepción moderna del turismo posibilita al visitante
el reencuentro con la naturaleza por medio de los ecosistemas
naturales representativos de cada país.
El ecoturismo, turismo de aventura, agroturismo, científico,
etc., tiene un crecimiento a nivel mundial entre un 3 y un 5
% anual (encuesta Mac Kinsey & Co.).
En 1985, para poner un ejemplo, la Corporación Nacional
Forestal de Chile fue la ganadora del galardón otorgado
por la Organización Mundial del Turismo.