Letra:
Emilio Prud’Homme (1883) Música: José Reyes
Quisqueyanos
valientes, alcemos
nuestro canto con viva emoción
y del mundo a la faz ostentemos
nuestro invicto glorioso pendón.
Salve
el pueblo que intrépido y fuerte
a la guerra, a morir se lanzó
cuando en bélico reto de muerte
sus cadenas de esclavo rompió.
Ningún
pueblo ser libre merece,
si es esclavo, indolente y servil,
si en su pecho la llama no crece
que templó el heroísmo viril.
Más
Quisqueya la indómita y brava,
siempre altiva la frente alzará
que si fuere mil veces esclava
otras tantas ser libre sabrá.
Que
si dolo y ardid la expusieron
de un intruso señor al desdén,
¡Las Carreras!, ¡Beler!..campos fueron
que cubiertos de gloria se ven.
Que
en la cima de heroico baluarte
de los libres el verbo encarnó,
donde el genio de Sánchez y Duarte,
a ser libre o morir enseñó.
Y
si pudo inconsulto caudillo
de esas glorias el brillo empañar
de la guerra se vió en Capotillo
la bandera de fuego ondear.
Y
el incendio que atónito deja,
de Castilla al soberbio león,
de las playas gloriosas se aleja
donde flota el cruzado pendón.
¡Compatriotas!,
mostremos erguida
nuestra frente orgullosa de hoy más;
que Quisqueya será destruida
pero sierva de nuevo, ¡jamás!
Que
es santuari o de a m o r cada p ech o
do la Patria se siente vivir;
y es su escudo invencible el derecho
y es su lema: ¡Ser libre o morir!
¡Libertad!,
que aún se yergue serena
la victoria en su carro triunfal,
y el clarín de la guerra aún resuena
pregonando su gloria inmortal.
¡Libertad!,
que los ecos se agiten
mientras llenos de noble ansiedad
nuestros campos de gloria repiten:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
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