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Salomé Ureña de Henríquez

Salomé Ureña de Henríquez, nació en Santo Domingo en la calle Isabel La Católica # 54, el 21 de octubre (3) de 1850, hija del señor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz León.
Su educación la comienza con su madre, continúa sus estudios de nivel básico en escuelas públicas. Estudió francés e inglés; autodidacta adquirió una elevada preparación académica.
Su formación cultural y apreciado amor a la lectura la aprende de su padre. La lectura de textos literarios correspondientes a la literatura clásica española, le permite aumentar su caudal cultural que le sirvió de inspiración a su esmerada obra poética.
Salomé Ureña Díaz, se casó el 11 de febrero de 1880 con el escritor y educador Francisco Henríquez y Carvajal con quien procreó y educó a sus hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila.
La vida de Salomé Ureña de Henríquez, se centra en su obra como poetisa, madre y educadora.

VIDA POÉTICA
Como poeta, se inicia a temprana edad, cuando recita con ardor los versos de Gallego, Quintana, Rodrigo Caro y Rioja, sus poetas predilectos e inspiradores.
Su labor literaria la comienza a los 15 años, publicando dos años después (1867), sus primeros escritos bajo el seudónimo de Herminia, piezas de fuerza poética y alto contenido patriótico. En 1874 en la antología “Lira de Quisqueya”, primera antología de poetas dominicanos, se publican diez de sus composiciones.
En 1880, su primer volumen que recoge treinta y tres de sus composiciones y la leyenda “Anacaona”.
Su espíritu civilista se encuentra en: “La Gloria del Progreso”, “La Fe en el Porvenir”, “En Defensa de la Sociedad”.
Su sentido patriótico en sus poemas: “A mi Patria”, “Ruina”, “Sombras”, “En la Muerte de Espaillat”.
Muestra de sus poesías que revelan su intimidad, sentimientos de amor filial, gratitud, pesar o conmoción social son: “Melancolía”, “En horas de angustias”, “En el nacimiento de mi primogénito”, “Tristezas”, “Quejas”, “Vespertinas”, “Mi Pedro”, “Un gemido”, “Una lágrima”, “Fe”, “En la muerte de Francisco Xavier Billini”, entre otras.
Salomé Ureña, por su personalidad lírica es, única, trasciende la temporalidad de su época, llegando a nosotros con su limpio espíritu y elevados sentimientos a ser considerada la diosa de la poesía dominicana.

MUJER EDUCADORA
Su gran sentido del patriotismo la hizo comprometerse con la formación y educación de la mujer.
El 3 de noviembre de 1881, junto a su esposo, funda en la calle 19 de marzo #56 el “Instituto de Señoritas”, primer plantel femenino de enseñanza superior en la República Dominicana. En 1887 se gradúan las primeras maestras del Instituto y de la República.
El memorable Instituto funcionó bajo su dirección hasta diciembre 1893, cuando fue clausurado para propiciar un descanso y recuperación física de Salomé Ureña.
Reabre sus puertas en enero 1896, conducido por las hermanas Luisa Ozema y Eva Pellerano Castro; en 1897 cambia su nombre en “Instituto de Señoritas Salomé Ureña”.
La muerte de Salomé Ureña de Henríquez, ocurrió el 6 de marzo de 1897, recibiendo las más altas muestras de afecto y reconocimiento de parte del pueblo dominicano por su labor de educadora y poeta, así como el homenaje de ilustres personajes de la vida social y cultural dominicana y de Latinoamérica.
Le dieron sepultura en la Iglesia de Las Mercedes, posteriormente trasladada al Panteón Nacional.

LA GLORIA DEL PROGRESO

A la sociedad “La juventud”,
No basta a un pueblo libre
la corona ceñirse de valiente;
no importa, no, que cuente
orgulloso mil páginas de gloria,
ni que la lira del poeta vibre
sus hechos pregonando y su victoria,
cuando sus lauros se adormece
y al progreso no mira,
e, insensible a los bienes que le ofrece,
de sabio el nombre a merecer no aspira.

¡Oh, dichosas mil veces las naciones
cuyos nobles campeones,
deponiendo la espada vengadora
de la civil contienda asoladora,
anhelan de la paz en dulce calma
conquistar del saber la insigne palma!
Esa del genio inmarcesible gloria
es el laurel más santo,
es la sola victoria
que sin dolor registrará la historia
porque escrita no está con sangre y llanto.
¡oh juventud, que de la Patria mía
eres honor y orgullo y esperanza !
Ella entusiasta su esplendor te fía,
en pos de la gloria al porvenir te lanza.

Haz que de ese profundo
y letárgico sueño se levante,
y, entre el aplauso inteligente, al mundo
el gran hosanna del Progreso cante.
(1873)

(3) Nota: El día 21 octubre es el Día del Poeta.

Secretaría de Estado de Educación y Cultura - Dirección General de Cultura Elaboración: Licda. Yrma Stamers, poeta Mateo Mórrison, Licda. Nurys Beltré.